miércoles, 20 de mayo de 2015

Gastronomía


Comienza nuestra ruta gastronómica por la segunda ciudad de este magnífico viaje: ¡Santiago de Chile!

Entre Fortaleza y Santiago de Chile tuvimos que tomar el avión y hacer noche en el aeropuerto de Sao Paulo, así que, allí es donde cenamos el día 1 de abril. No fue ningún manjar precisamente, pero aquellos sándwiches tampoco estaban mal del todo.

El día dos, por la mañana, llegamos a Santiago y a la hora de comer decidimos ir a algún lugar por el centro histórico, cerca del Palacio de la Moneda llamado “Pimienta”, este restaurante ofrecía recetas tradicionales con un verdadero toque especial. La carta era muy variada, pero a la mayoría nos apeteció probar el famoso pastel de choclo, una comida muy típica chilena, acompañado de pan de queso.

Tal como indica su nombre, este plato es preparado a partir de choclo (maíz híbrido tierno), el cual es molido o rallado para formar una pasta, a la que se suele agregar aromáticas hojas de albahaca. Esta pasta, que puede ser precocida con leche en un poco de manteca, aceite o ir cruda antes de ir al horno, es colocada sobre una preparación con carne, cebolla y otros ingredientes (condimentos como sal, comino y ají de color, o sea pimentón dulce) se llama pino. Se prepara en una cazuela de arcilla y se hornea. ¡¡Tremendamente exquisito!! 


A la hora de la cena fuimos a un restaurante con espectáculo llamado Bali Hai donde nos sorprendieron con unos magníficos y sensuales bailes polinesios y una comida exquisita con cuatro menús diferentes y en cada uno de ello varios platos a elección. Todas nos decantamos por el menú chileno, pero cada una optó por platos distintos; pescados, carnes y el típico trago chileno llamado “pisco”.


El día 3 decidimos hacer excursiones y conocer otros lugares y a la hora de comer nos encontrábamos en Valparaíso. Recomendados por nuestro hotel de Santiago fuimos al restaurante Jota Cruz donde nos sorprendieron con una maravillosa “chorrillana”, plato típico de la ciudad. Consiste en un plato con papas fritas con diferentes tipos de carne y con salchichas con otros elementos como huevos o cebolla frita. ¡Madre mía, sin palabras!



Tras un intenso día y un manjar tan contundente en la comida, decidimos pedir unas ensaladas al servicio de habitaciones del hotel y descansar para reponer fuerzas y prepararnos para el siguiente día.

Paloma Llinás.
 

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