miércoles, 29 de abril de 2015

Cultura

La ciudad brasileña, capital de Ceará, es un lugar con un gran mestizaje de culturas. En la religión está aumentando cada vez más el número de protestantes aunque al igual que en España la mayoría es la católica, lo que nos hizo sentirnos un poquito como en casa. También celebran la Semana Santa, que nos chocó un poco porque siempre habíamos relacionado más a Brasil con el carnaval que con las procesiones. No tuvimos la oportunidad de ver ninguna porque se hacen más en los pueblos de los alrededores que en las ciudades, pero nos hubiese gustado mucho.

Lo que sí tuvimos el placer de ver fue un poquito de Samba, baile tradicional del país. Después de nuestra segunda cena en la ciudad, fuimos a mover el esqueleto a un pub que se llamaba “El Boteco”, donde había música en vivo y espectáculos de baile. Lo pasamos fenomenal, y nos animamos a bailar con los brasileños que, desgraciadamente, nos daban mil vueltas bailando… ¡Era como si el ritmo corriese por sus venas!

En resumen, nos fuimos con muy buen sabor de boca de Fortaleza. La magia brasileña nos empapó desde el primer momento. Sus bailes, su ambiente festivo, la cercanía de la gente, su música y sus colores…

Macarena De La Puerta.

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